Una zona de jardín con porche es un clásico en las viviendas unifamiliares. Un espacio que combina la protección con la libertad del aire libre ¿quién no quiere tenerlo? La pérgola bioclimática retráctil es la versión moderna y práctica de los porches. Descubre todas las posibilidades que te ofrece y te enamorarás de ella.
¿Qué es una pérgola bioclimática retráctil?
Una pérgola bioclimática retráctil es un sistema de protección en el que la cubierta es móvil y orientable. Que el techo se mueva, es decir que se pueda extender y recoger según las preferencias del momento, no es lo más novedoso. Esto ya lo ofrecen todas las pérgolas de techo con toldo. El rasgo diferenciador es el material del que está hecho la cubierta (lamas de aluminio) y que estas lamas pueden cambiar de orientación y de grado de inclinación.
Estas dos características son un valor añadido que no puede proporcionar ninguna otra opción.
En resumen, una pérgola bioclimática retráctil es la estructura de protección más funcional que puedes encontrar en el mercado.
Tú decides
En las pérgolas bioclimáticas cada uno decide cómo quiere que esté el habitáculo: sol o sombra, temperatura, ventilación y techo cubierto o al raso.
El control de la cantidad de sol o sombra y de la temperatura se consigue variando de posición las lamas. La cubierta de una pérgola bioclimática retráctil está formada de lamas de aluminio conectadas a un mecanismo que permite cambiar su posición y el grado de inclinación de las lamas. Estas pueden oscilar entre los 0 y los 135 grados. De manera que pase más o menos luz y aire.
Para manejar este mecanismo se puede incorporar un motor e incluso sensores de viento, de lluvia y de luz que, una vez programados, controlen la cubierta. El resultado es un porche moderno y mucho más funcional que permite disfrutar de este espacio los 365 días del año. En resumen, una inversión a la que se saca mucho partido.