Los metros cuadrados de una casa siempre son pocos. Por eso te proponemos la instalación de una pérgola adosada de aluminio y policarbonato. Con esta combinación tendrás un espacio extra para comer, sentarte a trabajar o jugar con los niños y, además, disfrutarás de las ventajas que da estar al aire libre.
Protegido y con luz
En el mercado encontrarás diferentes opciones de cubiertas para pérgolas. Entre las más habituales están las pérgolas con toldos y las bioclimáticas, pero en esta ocasión queremos hablarte de las pérgolas con techo de policarbonato.
El policarbonato es un termoplástico muy resistente que se emplea en diversos sectores. Una de sus características es la resistencia, tanto a los impactos físicos como a la intensidad del sol y el calor. Esto lo convierte en una opción de cobertura segura que además protege contra los rayos ultravioleta.
A estos rasgos se añade la característica de su transparencia. Las placas de policarbonato son, en principio, transparentes lo que permite tener una pérgola con una estupenda iluminación natural.
Combinación de pérgola adosada de aluminio y policarbonato
Cuando lo que buscamos es un espacio de desahogo que amplíe los metros habitables de nuestra casa, la mejor opción es una pérgola adosada. Unas metros cuadrados pegados a la vivienda en los que permanecemos siempre a cubierto.
Una pérgola adosada de aluminio y policarbonato es una opción muy práctica porque el aluminio es un material ligero y resistente, a la vez que da estabilidad a la estructura y que no se estropea ni oxida.
La cubierta con placas de policarbonato se puede personalizar. Puede ser transparente encargando placas traslúcidas o si estás en una zona con mucho sol, puedes optar por placas opacas o incluso lacadas en blanco para tener más sombra durante los meses de verano.
Soluciones a medida que se adaptan a las condiciones climatológicas y a las preferencias personales de cada cliente.