Una pérgola adosada es una estructura que bien instalada dura años y años. Para que esto sea realmente así hay que pensar bien las cosas antes de construir una pérgola adosada. A continuación te ofrecemos unos sencillos consejos que son muy útiles antes de lanzarte a la compra de tu pérgola.
Mira tu entorno
Las pérgolas adosadas son uno de los modelos más populares. A priori son las que menos problemas dan porque al estar unidas a una pared tienen un punto de apoyo firme que da estabilidad a la estructura.
Además, la cercanía a la vivienda las convierte en un porche que se convierte en uno de los puntos neurálgicos de la casa.
Para sacar el máximo partido a este espacio es esencial observar detenidamente el entorno para identificar obstáculos arquitectónicos y naturales y tener presente la climatología de la zona.
Antes de construir una pérgola adosada
Aunque te parezca que para construir una pérgola adosada no hay muchas opciones no es así. Puedes personalizar este espacio de diferentes maneras:
- Techo plano o inclinado a un agua. Además de una cuestión de preferencias personales, elegir un techo recto o inclinado tiene que ver con la climatología. Por ejemplo, en una zona con lluvias frecuentes el techo inclinado es más práctico para que el agua resbale con más facilidad y, en estos casos, necesitarás un tejido impermeable o una pérgola bioclimática.
- Cubierta de toldos fija. Si vas a poner un toldo fijo, ten en cuenta el viento. Si hay corrientes escoge un tejido como el microperforado. Esta tela está hecha de miles de pequeñísimos agujeros que dejan pasar el aire y ayudan a tener una correcta ventilación y que no haya succión.
- Techo de lona móvil. Para las pérgolas adosadas esta es una buena opción porque permite abrir o cerrar el techo y disponer de un refugio con sombra o un solarium a cielo abierto.
- Pérgola bioclimática. Esta es una de las opciones más completas. Las lamas orientables de aluminio permiten controlar la temperatura en todo momento y poder disfrutar de este espacio todo el año.