Sistema bioclimático para una pérgola de 3×3

En la actualidad, el uso de pérgolas se ha vuelto muy popular para crear áreas sombreadas al aire libre que permiten disfrutar del ambiente sin exponerse directamente al sol. Sin embargo, el clima es un factor importante a considerar, ya que la falta de protección adecuada puede hacer que estas estructuras no sean utilizables en días de mucho viento, lluvia o sol. Por eso, te proponemos descubrir las ventajas de una pérgola 3×3 con sistema bioclimático. 

Pérgola de 3×3, un espacio versátil para usar todo el año

Una solución para convertir una pérgola de tamaño medio, una pérgola de 3×3 es un espacio en tu jardín en el que puedas estar los 365 días del año es instalar una cubierta bioclimática. 

El uso de sistemas bioclimáticos permiten tener el control de la luz y el calor que llega a la pérgola, así como de la ventilación. Además todo se puede manejar cómodamente gracias a diferentes sistemas de motorización. 

¿Qué ofrece una pérgola bioclimática? 

El sistema bioclimático incluye una estructura metálica que soporta un techo móvil, el cual está compuesto por lamas orientables que permiten el paso del aire y la luz de forma controlada. Estas lamas se regulan mediante un sistema motorizado que permite su apertura o cierre total o parcial, dependiendo de las condiciones climáticas.

Además, se puede incorporar un sistema de cortinas verticales, que permiten el bloqueo total o parcial de la luz y el viento lateral. Estas cortinas están compuestas por un material resistente al agua y con protección UV, para garantizar su durabilidad.

En cuanto a la ventilación, se podrían añadir ventiladores de techo, que aumentan la  circulación de aire constante, creando un ambiente fresco y agradable. Estos ventiladores también podrían ser regulados mediante un control remoto, permitiendo su encendido o apagado según sea necesario.

Entre estas ventajas que ofrece una pérgola 3×3 con sistema bioclimático hay que resaltar la posibilidad de abrir por completo el techo de la pérgola dejando la estructura totalmente abierta. La opción contraria, es decir, cerrar por completo el techo también es posible. Y este rasgo la convierte en una de las soluciones más eficaces que garantizan la hermeticidad del espacio. Una elección algo más cara que otros sistemas para pérgolas, pero que se rentabiliza en muy poco tiempo.