Llegar a casa y tener un rincón al aire libre donde poder descansar y desconectar de la vorágine diaria es un regalo. Si además esa “guarida” está protegida ante la fuerza de los rayos del sol y de las rachas de viento, el lujo es total. Pues bien, tu capricho se llama pérgola de aluminio a medida.
Sin miedo a encargar algo a medida
Muchas personas rehúyen encargar cualquier producto a medida porque automáticamente piensan que es más caro. Y la realidad suele ser otra. Y en el caso de una pérgola de aluminio a medida significa que vas a tener un espacio de protección con las medidas exactas que quieres y con la cubierta más eficaz y con los accesorios o extras que deseas.
Una personalización que te llenará de satisfacción y que disfrutarás plenamente.
Una pérgola estándar ya prefabricada puede resultar más barata económicamente -su gran atractivo junto a la inmediatez- pero hay que ser consciente de que eres tú el que te amoldas a la pérgola. Tienes que adaptarte a lo que te ofrecen y esto, la mayoría de las veces, supone desperdiciar centímetros e incluso metros de pérgola. Al igual que sucede con la cobertura y con todos los accesorios.
Opciones para tu pérgola de aluminio a medida
Si lo que buscas es darte un capricho y tener la pérgola que tienes en mente, tienes muchas opciones, tantas como quieras, eso significa a medida.
Al ser una estructura de aluminio cuentas con un material resistente y ligero con el que puedes diseñar una pérgola de grandes dimensiones sin que plantee problemas de peso en una terraza o que precise pilares de apoyo extras. Además, la durabilidad está garantizada porque el aluminio no se oxida y apenas requiere mantenimiento.
En cuanto a la cobertura, tienes diversas opciones:
- Sistemas de toldos. Móviles o fijos y con diversas opciones en cuanto al material de las telas, tratamientos especiales como impermeabilidad, antihongos o protección rayos UV. Toldos motorizados para facilitar su manejo e incluso con sensores de viento, lluvia e intensidad de sol que recogen o extienden el toldo según la climatología.
- Techos con travesaños de aluminio. Una opción sencilla y práctica que crea un habitáculo donde se juega con el sol y la sombra y que tiene una perfecta ventilación.
- Techos con placas de policarbonato. Techos fijos o móviles transparentes que proporcionan un espacio protegido y luminoso a la vez.
- Pérgolas bioclimáticas. Esta es la opción de cobertura más completa. Con ella se tiene pleno control de la temperatura gracias a que sus lamas regulables permiten decidir cuánto aire entra. Y si hace mucho frío o llueve, se cierran por completo consiguiendo un aislamiento total.