Si estás pensando en comprar una pérgola para disponer de un porche moderno y práctico, hay dos opciones para tu pérgola de aluminio de 4×3 que debes tener en cuenta.
- Pérgola con sistema bioclimático
- Cubierta de toldos retráctiles
Una pérgola de aluminio 4×3 que usarás todo el año
La pérgola con sistema bioclimático te va a permitir usar ese espacio que has creado durante todo el año. Vas a tener un porche como los que se hacen de obra, pero más ligero, moderno y, sobre todo, práctico.
El sistema bioclimático consta de una cubierta a base de lamas de aluminio que tú mueves a tu antojo. Esto quiere decir que las puedes cambiar de dirección y del grado de inclinación. Esto te permite tener el control de la cantidad de luz y de aire que pasa al interior.
En resumen, vas a controlar la temperatura e iluminación.
Todo esto de manera cómoda y fácil de manejar. Las lamas oscilan entre 0 y 135 grados. Cuando están cerradas, el espacio interior es hermético gracias a un sistema de gomas que ayudan a sellar la unión y a garantizar la impermeabilidad de la cubierta.
Además, las pérgolas bioclimáticas disponen de un sistema de canalización del agua por solera o independiente para que el agua de lluvia no sea un problema.
Cubiertas de toldos móviles
La otra solución para una pérgola de aluminio de 4×3 es el sistema de toldos móviles. Un clásico en el mundo de las pérgolas que sigue siendo plenamente funcional y estéticamente muy bonito.
Las opciones para una pérgola de aluminio 4×3 son muchas. Hay varios tipos de tejidos que se adaptan a las características del tiempo. Por ejemplo, hay telas impermeables y con tratamientos antimoho y hongos, otras que protegen de los rayos del sol y otras que dejan pasar el viento y favorecen la ventilación.
Además, se pueden escoger en diferentes colores y con estampados para personalizar tu espacio y darle un toque único.
En cuanto al sistema de recogida, la cubierta puede ser lisa, en rollo o con ondas.
Manejo automatizado
Ambas cubiertas, de toldos y bioclimática, se pueden motorizar. Con un sencillo motor puedes manejar cómodamente la apertura y cierre del techo, sin esfuerzos. También puedes incluir sensores de luz e intensidad de calor y de lluvia para que se recojan o extiendan y tener así tu espacio a la temperatura deseada.